El hombre con más memoria del mundo
¿Os imagináis por un momento que todo acontecimiento sucedido en vuestra vida se grabase de tal forma en vuestra memoria que no pudiese ser borrado?
Todos los recuerdos de la infancia, todos los días de la vida, todos los acontecimientos de la propia existencia apiñados como recuerdos nítidos y claros en una memoria prodigiosa.
Pues aunque parezca increíble, han existido personas a lo largo de la historia capaces de recordar toda una vida, o dicho de otra forma, incapaces de olvidarla. Porque el olvido más que una incapacidad, es un recurso que utiliza nuestro cerebro para mantener nuestro mente clara, seleccionando los hechos más importantes y guardando sucesos que pueden ser rescatados mediante las asociaciones que realizan nuestras conexiones neuronales.
Si pudiesemos recordarlo todo, tendríamos grandes problemas a medida que pasa el tiempo para realizar otras tareas más relacionadas con la concentración y la atención, ya que los recuerdos se apiñarían en nuestro pensamiento, causándonos graves trastornos, como le ocurrió al reportero ruso Solomon Shereshevsky, que fue estudiado a lo largo de treinta años por un famoso neuropsicólogo: Alexander Luria.
Shereshevsky fue en cierta ocasión reprendido por su jefe en su trabajo de periodista, por no coger notas en las reuniones. Él no entendía que hubiese que coger notas, pues era capaz de recordar palabra por palabra todo lo dicho en cualquier momento. Es así como su jefe se da cuenta de que no estaba delante de un individuo cualquiera, sino de alguien con una capacidad prodigiosa, así que se lo presenta a Luria, famoso neurólogo muy interesado en el estudio de la memoria que sigue su caso a lo largo de mucho tiempo y comprueba que es capaz de repetir las listas aprendidas de complicadas operaciones matemáticas exactamente igual pasados hasta 15 años. Shereshevsky era capaz de recordar todos los detalles de cualquier día de su vida con total exactitud.
Esta capacidad, que puede parecer muy útil, representaba un grave problema para Shereshevsky, que tuvo que recurrir a diferentes trucos para hacer su vida más llevadera. Uno de ellos era imaginarse una pizarra, donde colocaba todos sus recuerdos, que borraba a continuación, eliminándolos así.
Por si a alguien le interesa profundizar más en la vida de este sujeto, su historia está contada en un libro de Alexander Luria titulado "La mente de un nemonista" (The Mind of a Mnemonist).
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jose manuel -
Gabriel -
Nuria -