Hoy he decidido cocinar
Hoy me he puesto el delantal, me he recogido el pelo en un moño y me he metido en la cocina. He decidido cocinar; se acabó la comida prefabricada y comer siempre lo mismo. He decidido convertirme en una gran cocinera. Para empezar… voy a alimentar a Neo, mi muy querido perro, que me mira con ojos de: - Me comería hasta el pienso, pero dame algo.
Así que he decidido prepararle un rico plato de pollo a la Sandrini. Eché agua en un caldero y lo puse a hervir con el pollo dentro, que previamente había descongelado. Dejé el agua calentando y me vine a esperar mientras seguía haciendo mis cosillas en el ordenador.
Creo que a veces me abstraigo tanto, que me olvido de las cosas que dejo a medias. Estaba yo con mis pensamientos puestos en mis historias, cuando el fuego de la cocina alcanzó la cortina de la ventana, prendiéndose rápidamente. Yo tenía la música alta y no oía nada. Hasta que el ambiente empezó a cargarse de un humo negro y un calor sofocante me invadía. Decidí levantarme a ver qué pasaba, cuando de repente recordé el pollo que había dejado al fuego. Corrí hacia la cocina; la cortina había ardido por completo y los muebles comenzaban a hacer lo mismo. El aire que entraba por la ventana alimentaba las llamas y media cocina ardía ya. Busqué a Neo y lo vi asustado escondido bajo una silla. Lo llamé y salió corriendo. Una pequeña chispa prendió sus pelitos de lana mientras yo lo sacudía con una camisa que había encontrado por allí. No se podía respirar y el calor lo derretía todo.
0 comentarios